El Señor Está Cerca 2025 Calendar

De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos… Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. Salmo 24:1–2, 7

Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. 1 Pedro 5:4

El Príncipe de los pastores

El Salmo 24 habla del Príncipe de los pastores, y apunta al día en que todos los enemigos del Señor Jesús sean puestos por estrado de sus pies y se establezca en esta tierra como el Rey de reyes y Señor de señores. Este salmo, escrito por David, reconoce que Jehová es el dueño de la tierra y de todos sus habitantes. Cristo es Jehová, el Creador y Redentor, y él reclamará la tierra y su plenitud como posesión suya.

En Apocalipsis 5, se plantea la siguiente pregunta: “¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?” (Ap. 5:2). La pregunta es contestada en la presentación de un Cordero: el Vencedor, aquel que ha triunfado gloriosamente y en cuyas manos Dios ha confiado toda autoridad y juicio. Este evento marca el inicio de la gran tribulación. Entonces, al final de ese periodo de prueba, se escuchará este llamado: “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria”. El centinela preguntará: “¿Quién es este Rey de gloria?”. Y la respuesta será: “Jehová de los ejércitos, él es el Rey de la gloria” (vv. 7–10).

El poderoso Rey mencionado no es otro que el Príncipe de los pastores sobre quien Pedro escribió en su primera epístola. Cuando este Príncipe de los pastores y Rey de reyes aparezca, él irá al templo de Jerusalén junto con sus seguidores, el lugar desde el que gobernará con justicia y paz. En su epístola, Pedro nos anima a llevar a cabo la labor de pastores en medio de la grey de Dios. Nuestro Señor Jesucristo es el Príncipe de los pastores, él pronto regresará y otorgará coronas de gloria a sus fieles seguidores, ¡fijemos en él nuestra mirada!

Jacob Redekop